Majestuosos y elegantes, los árboles son parte integrante de muchos paisajes y planes de plantación. Al proporcionar estructura, sombra y color, muchos ejemplares son también una valiosa fuente de alimento y refugio para la fauna. Todos estos beneficios significan que los árboles son una parte valiosa del ecosistema de tu jardín. Pero, ¿qué ocurre si tu árbol empieza a estar enfermo? Y, lo que es más importante, ¿puedes aprender a salvar un árbol moribundo?
Un árbol moribundo puede tener un aspecto antiestético. Además de albergar enfermedades que podrían extenderse por tu jardín, un ejemplar enfermo puede volverse inseguro. Por suerte, aprender a salvar un árbol moribundo no es tan complicado como parece.
Los ejemplares sanos añaden altura, interés y estructura a un paisaje, además de proporcionar un hogar a la fauna.
Este artículo está pensado para enseñarte a identificar y salvar un árbol moribundo. Aunque muchos de los métodos de cómo salvar un árbol agonizante que se exponen a continuación son fáciles de poner en práctica, también son gratamente eficaces, lo que significa que podrás salvar tus preciosos ejemplares antes de que sea demasiado tarde.
Cómo identificar un árbol moribundo
Antes de aprender a salvar un árbol que está a punto de morir, debes ser capaz de reconocer los signos de enfermedad y deterioro. Un árbol moribundo suele tener una curvatura notable. Esto se debe a que las raíces están perdiendo su fuerza y están siendo arrancadas lentamente del suelo por el peso del tronco y las ramas de arriba.
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Los ejemplares jóvenes pueden desarrollar una curvatura de forma natural, sobre todo si se plantan en una posición expuesta o ventosa. Un kit de estacas para árboles es una forma fácil de mantener los jóvenes arbolitos erguidos y sanos. Un ejemplar inclinado es muy difícil de salvar. En su lugar, debes hacer que lo retiren antes de que se caiga y provoque daños a las propiedades o estructuras o daños físicos.
La madera extremadamente seca es otra señal de que un ejemplar se está muriendo.
Las ramas enfermas pueden carecer de vida y agrietarse fácilmente cuando se aplica presión. Las ramas sanas deben ser flexibles y tener cierta elasticidad. Esta elasticidad permite que las ramas toleren la exposición para sobrevivir a los vientos fuertes. Las ramas que carecen de flexibilidad son un signo preocupante.
Las ramas que se hunden por su propio peso, sobre todo si pertenecen a sauces u otros ejemplares que tienden a producir mucho follaje pesado, son preocupantes. Las ramas que parecen débiles y se hunden bajo el peso de las sub-ramas y el follaje, sobre todo después de las lluvias, son una señal segura de que tu planta o árbol no está bien.
En este caso, inspecciona las uniones donde las sub-ramas se separan de la rama principal. Las articulaciones de aspecto débil son otro signo ominoso. Cualquiera de estos síntomas extendidos por una zona amplia de la planta significa que probablemente se esté muriendo y será difícil salvarla.
Además de las ramas, el estado del tronco también puede indicar la salud del ejemplar. Un tronco con una grieta continua es una señal preocupante. Los troncos moribundos o enfermos también pueden parecer blandos. También pueden aparecer signos de descomposición, como hongos o setas alrededor de la base del tronco.
Un árbol moribundo puede parecer que ya está muerto, puede parecer seco y sin vida. Incluso en plena primavera y verano puede haber poco o ningún follaje verde visible.
El contraste entre un árbol moribundo y un ejemplar sano es muy marcado. En el caso de los ejemplares enfermos, todo el follaje que hay puede parecer marchito o crujiente. Algunas plantas enfermas pueden tener ramas cubiertas de hojas de aspecto saludable, mientras que otras ramas tienen poco o ningún follaje.
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Las plantas que pierden sus hojas y flores durante los meses de primavera o verano también son un signo de preocupación. La caída de hojas en otoño o invierno es perfectamente normal para muchos tipos de plantas. Una parte clave para saber cómo salvar un árbol moribundo es conocer lo que es normal para tus ejemplares concretos. Investiga un poco sobre tus plantas. Esto te permitirá detectar fácilmente cualquier signo anormal en cuanto se desarrolle.
Los ejemplares que pierden su follaje durante la primavera o el otoño pueden ser señal de un problema grave.
Si te preocupa la salud de la planta, inspecciona el tronco y las ramas en busca de cancros. Son llagas causadas por hongos o bacterias que infectan el árbol. Tras desarrollarse, los cancros dejan heridas abiertas que permiten la entrada de otros parásitos y enfermedades. Poda cuanto antes las zonas que tengan cancros visibles. Esto ayuda a evitar que el problema se extienda y también reduce el estrés al que está sometido el árbol.
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Como verás a lo largo de este artículo, es posible aprender a salvar un árbol moribundo. Lamentablemente, un ejemplar completamente muerto rara vez se puede salvar. En el mejor de los casos, podrás fomentar la aparición de nuevas raíces cerca de la base, o revivir el sistema radicular existente, fomentando un poco de crecimiento nuevo en la base del árbol. Sin embargo, esto puede ser difícil de conseguir.
¿Mi árbol está inactivo o moribundo?
Un árbol inactivo es aquel que se encuentra en estado de conservación o bajo crecimiento. Es similar a la hibernación. Los ejemplares inactivos pueden mostrar algunos de los mismos signos que un árbol enfermo o a punto de morir. En ambos casos, las hojas se marchitan o se arrugan y caen de las ramas.
A finales de otoño o en invierno puede ser especialmente difícil identificar si la planta está inactiva o enferma. Como ya se ha dicho, si te preocupa hay algunas cosas que puedes hacer, como doblar las ramas para comprobar su flexibilidad, para determinar el estado de salud de la planta.
Si la rama se rompe, mira dentro para ver si hay señales de vida. También puedes rascar una pequeña parte de la corteza para buscar un crecimiento verde.
Si tienes dudas, consulta a un arborista. Un arborista es un profesional formado, básicamente un médico de árboles. Puede realizar pruebas específicas de la especie para identificar cualquier problema y aconsejar qué tratamientos preventivos o curativos deberías llevar a cabo. Además de poder destacar las enfermedades que están activas en tu zona, los arboristas también pueden aconsejar sobre el cuidado general de las plantas y la poda.
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Por último, un arborista capacitado también sabe qué productos químicos puedes utilizar en tu zona, así como las leyes locales de deforestación. En caso de que sea necesaria la poda o, si no puedes salvar la planta, la eliminación, un arbolista suele estar cualificado para trepar por los ejemplares altos y utilizar el equipo pesado adecuado.
Cómo identificar y tratar un problema
Antes de aprender a salvar un árbol moribundo, debes averiguar qué le pasa. Aunque hay algunas modificaciones básicas que puedes hacer si el problema persiste, o si no estás seguro de cuál es la causa del problema, debes consultar a un arborista capacitado. Como ya se ha dicho, es una inversión que merece la pena. Un arboricultor puede identificar el problema y dar más consejos sobre cómo salvar un árbol moribundo.
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Saber identificar la causa del problema es vital si quieres saber cómo salvar un árbol moribundo. Los ejemplares sanos establecidos son resistentes a la mayoría de los problemas, excepto a las infecciones muy graves. Las siguientes son causas comunes de enfermedades o dolencias en las plantas y pueden enmendarse fácilmente.
Problemas causados por error
Una de las acciones más fáciles a la hora de saber cómo salvar un árbol moribundo es enmendar la rutina de riego. Todas las plantas pueden sufrir y empezar a tener problemas si se las riega con demasiada frecuencia o con poca frecuencia. Aunque mucha gente sabe que los ejemplares recién plantados requieren un riego regular hasta que se establecen, no suele darse cuenta de que incluso los ejemplares maduros pueden verse muy afectados por el exceso o la falta de agua.
Plantar tu ejemplar en un suelo que drene bien es vital. Un suelo que drene bien es especialmente importante durante los periodos húmedos. Si el drenaje es deficiente, el suelo puede encharcarse rápidamente. Que las raíces se vuelvan blandas y empapadas es señal de que la tierra está demasiado húmeda o de que la planta está regada en exceso.
Ciertos tipos de musgo o moho en la tierra alrededor de la base del tronco también son signos de exceso de riego, al igual que la falta de hierba, si no la has eliminado antes de plantar.
La tierra en estado de saturación constante debe enmendarse lo antes posible. Trabajar con compost bien descompuesto, gravilla gruesa o incluso arena ayuda a aligerar la tierra, mejorando el drenaje. Además, si tus plantas tienen un dosel denso o mucho follaje grueso, pódalas para que llegue más luz solar al suelo. Esto ayuda a que el suelo se seque más rápidamente después de las lluvias.
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Durante los periodos de sequía, procura empapar la tierra de forma uniforme alrededor de la planta con una manguera de jardín durante unos 2 minutos. La tierra debe estar húmeda pero no demasiado empapada. Un sistema de riego automatizado es una forma estupenda de asegurarse de que tus ejemplares se riegan con regularidad.
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Un sistema de riego ayuda a mantener las plantas sanas. Si te cuesta saber cuándo debes regar tus plantas, un sensor de humedad del suelo es una inversión útil.
Cubrir correctamente las plantas con mantillo
El acolchado es una forma útil de enriquecer el suelo alrededor de las plantas en crecimiento. Un buen mantillo orgánico, como la corteza triturada o el compost, enriquece el suelo alrededor de tus plantas, dándoles un impulso nutricional. Al ayudar al suelo a retener la humedad, el impulso nutricional que proporciona una capa de mantillo también puede ayudar a salvar un árbol moribundo.
Cuando pongas mantillo, no apliques demasiado. Dependiendo del material que utilices, la capa de mantillo debe tener un grosor de entre 5 y 6 cm. Demasiado mantillo puede asfixiar las raíces de una planta, estrangulándola lentamente. Una capa gruesa de mantillo también puede atraer insectos, bacterias u hongos potencialmente dañinos a la base del tronco, provocando infestaciones e infecciones. Yo te recomiendo que utilices humus de lombriz:
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Si aún no están expuestas, retira con cuidado la capa superior de tierra, dejando al descubierto la parte superior del sistema radicular. Aplica el mantillo de forma que toque las raíces. Puede que tengas que usar un rastrillo para repartir el mantillo de forma uniforme. Ten cuidado al usar el rastrillo para no dañar las raíces.
Aunque el mantillo puede aplicarse directamente a las raíces, nunca debe tocar el tronco. Aplicar demasiado mantillo, esto puede provocar la formación de enfermedades.
Un buen mantillo, que contenga materiales orgánicos como paja, compost y trozos de corteza, es una herramienta vital para aprender a salvar las plantas. Además de enriquecer el suelo y mejorar la retención de la humedad, el mantillo también ayuda a combatir las infecciones fúngicas y bacterianas. Acolchar el suelo alrededor de una planta es beneficioso. Asegúrate de que el mantillo no toque el tronco ni las raíces expuestas.
Aplicar el fertilizante adecuado
El fertilizante ayuda a promover un crecimiento y desarrollo saludables. También puede utilizarse para enmendar la tierra que carece de nutrientes. Mantener el suelo ligero, aireado y equilibrado es una parte vital para cultivar un jardín sano. Un kit de análisis del suelo te indica qué nutrientes le faltan a tu suelo, si es que le faltan.
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Esto te permite seleccionar el abono orgánico adecuado para hacer las enmiendas necesarias. Enmendar un suelo pobre también puede ayudar a potenciar las plantas, lo que significa que los abonos orgánicos pueden desempeñar un papel clave en tu búsqueda de cómo salvar un árbol moribundo. Cuando apliques el abono, evita fertilizar demasiado cerca del tronco. Aplica siempre la dosis recomendada.
Intenta aplicar el abono de la forma más uniforme posible a todo el sistema radicular. El sistema radicular puede extenderse hasta 3 veces el radio de la copa de las ramas.
Ten cuidado de no sobrefertilizar tus plantas. Al igual que aplicar demasiado mantillo, el exceso de abono puede atraer insectos y bacterias perjudiciales. También puede quemar las raíces, sobre todo si el abono se aplica directamente a una sección expuesta del sistema radicular. Aligera la cantidad de abono que aplicas a medida que te acercas al tronco y a la parte superior del sistema radicular.
Podar tus plantas y árboles
Una parte clave para saber cómo salvar un árbol moribundo es saber podar el ejemplar correctamente. Podar demasiado o en la época del año equivocada puede causar estrés y puede hacer más daño que bien. Si vas a podar ramas enfermas o dañadas, asegúrate de investigar tu ejemplar antes de empezar. Muchas enfermedades tienen una técnica de poda recomendada.
Así te aseguras de que se han eliminado todas las secciones enfermas. Si no lo haces, la enfermedad seguirá extendiéndose y la planta puede tener dificultades para sobrevivir. En general, al podar, intenta eliminar las zonas visiblemente enfermas. Esto debería impedir que el problema se extienda. Recuerda utilizar siempre herramientas afiladas y esterilizarlas antes y después de usarlas.
Limpiar correctamente las herramientas ayuda a evitar que la enfermedad se extienda por tu jardín.
Podar regularmente las plantas ayuda a mantenerlas sanas. La poda también ayuda a evitar la propagación de enfermedades. Además de eliminar las ramas enfermas y rotas, podar las plantas con regularidad ayuda a mejorar la circulación del aire, evitando enfermedades como el oídio. Para los ejemplares más altos, las sierras de pértiga hacen que la poda sea un trabajo fácil.
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Cuando aprendas a salvar un árbol moribundo mediante la poda, intenta evitar podar el ejemplar de forma severa. Esto puede provocar un shock en la planta, que puede resultar fatal si la planta ya está estresada.
Enfermedades comunes y cómo tratarlas
Cuando aprendas a salvar un árbol moribundo, muchos de los pasos indicados anteriormente pueden resolver el problema. Sin embargo, a veces el problema está causado por una enfermedad más grave. A continuación se indican algunos de los problemas más graves que puedes encontrar al aprender cómo salvar un árbol moribundo.
• El chancro del castaño está causado por el patógeno cryphonectria parasitica. A medida que se desarrolla, el chancro del castaño hace que se formen cancros hundidos, o manchas de color naranja, y a veces esporas amarillas en el tronco o las ramas. Los arboricultores capacitados pueden tratar las afecciones con una cura de compresión del suelo o una transferencia de hipovirulencia.
• Uno de los problemas más comunes, el mildiú polvoriento está causado por los hongos Erysiphales. El oídio, que suele empezar en las ramas inferiores antes de extenderse por la planta, se identifica por la capa blanca y polvorienta que cubre las hojas y los frutos. Puede volverse gris o negra si no se trata. Se pueden utilizar muchos fungicidas para tratar esta enfermedad.
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• La muerte súbita del roble, que hace que la corteza del tronco se abra, está provocada por el patógeno phytophthora ramorum. De la herida abierta brota una savia de color marrón oscuro y, finalmente, el follaje y los nuevos brotes pierden su color y se marchitan. La muerte súbita del roble puede tratarse esparciendo en el tronco agentes tensioactivos a base de fosfonatos. Un tratamiento completo, necesario para curar las infecciones, dura unas 5 semanas.
La savia que se filtra por las heridas abiertas puede indicar la muerte súbita del roble.
• La enfermedad del olmo holandés es una de las más conocidas. Causada por microhongos ascomicetos, la enfermedad del olmo holandés se propaga por medio de insectos como el escarabajo americano de la corteza. La enfermedad del olmo holandés es una enfermedad de rápida propagación que puede alcanzar rápidamente el sistema radicular y hace que las ramas y las hojas amarilleen y se marchiten.
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Para tratar la enfermedad del olmo holandés, que suele empezar en la parte superior de la planta y bajar hasta la base, hay que podar las ramas infectadas. Un fungicida, aplicado por inyección, es una de las formas más eficaces de tratar la enfermedad.
• El fuego bacteriano está causado por el patógeno erwinia amylovora. Es una enfermedad que afecta principalmente a los árboles frutales, dándoles el aspecto de estar quemados. También puede afectar a muchas otras variedades, como los arándanos y los espinos. Los ejemplares que sufren el fuego bacteriano también pueden ennegrecerse y reducir su tamaño.
Es una de las enfermedades más fáciles de tratar: hay que podar las zonas afectadas y aplicar un spray contra el fuego bacteriano o antibióticos como la estreptomicina o la terramicina en la zona afectada. Puede ser necesario más de un tratamiento para curar completamente el problema.
Consejos adicionales para salvar un árbol moribundo
Abonar regularmente ayuda a mantener sanos los ejemplares. Durante los meses secos del invierno, las plantas con un suelo bueno o sano no necesitan ser abonadas. Mientras están inactivas, las plantas pueden seguir apreciando una dosis de fósforo y potasio. Una solución líquida con un equilibrio 20-20-20 regada directamente a las raíces de la planta da un impulso nutritivo.
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Cuando cortes la hierba, procura evitar atropellar las raíces con el cortacésped. Cortar las raíces puede crear aperturas para que entren hongos y bacterias en el sistema de la planta. Por la misma razón, debes evitar usar herbicidas cerca de las plantas.
Por último, una parte importante de aprender a salvar un árbol moribundo es aprender a ser realista sobre tus posibilidades. Aunque puedes aprender a salvar un ejemplar enfermo, es inútil intentar salvar uno que ya está muerto. Aceptarlo y retirar el ejemplar te ahorrará tiempo y dinero a largo plazo.
Conclusión final
Muchos de los consejos expuestos anteriormente deberían salvar un árbol que se está secando, a menos que el problema sea realmente grave. En este caso, o si no estás seguro del todo, hay que consultar a un arbolista. Mantener tus plantas sanas y felices les ayuda a resistir la mayoría de los problemas. Sustituir los ejemplares muertos puede ser costoso y llevar mucho tiempo.
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Además, un árbol joven puede tardar años en convertirse en un espécimen maduro que vuelva a llenar el espacio. Saber cómo salvar un árbol moribundo no sólo es una habilidad útil, sino que puede ahorrarte tiempo y dinero mientras mantienes tu jardín con un aspecto colorido y saludable.
Hola, tengo un limonero que este invierno ha producido bien de limones; sin embargo, desde hace días comienzan las hojas a ponerse amarillas y de aspecto seco.
¿Qué puedo hacer? Se está muriendo?
Es normal que las hojas de un árbol frutal, como el limonero, se pongan amarillas y se caigan en cierta medida, especialmente durante el otoño e invierno. Sin embargo, si las hojas están poniéndose amarillas y secas de manera anormal, puede ser un signo de que el árbol está experimentando algún tipo de estrés o enfermedad.
A continuación, te sugiero algunos posibles motivos por los que tu limonero puede estar perdiendo las hojas y algunas recomendaciones para solucionar el problema:
Falta de agua: Si el limonero no recibe suficiente agua, puede comenzar a perder hojas. Verifica si el suelo está seco y si es necesario riega el árbol.
Exceso de agua: Por otro lado, si el suelo está demasiado húmedo puede causar pudrición de las raíces y, en consecuencia, el árbol puede perder hojas. Asegúrate de que el árbol esté plantado en un suelo con buen drenaje y evita regar en exceso.
Falta de nutrientes: Si el limonero no recibe suficientes nutrientes, puede sufrir de deficiencias nutricionales que se manifiestan en hojas amarillas y caídas. Asegúrate de que el árbol reciba suficiente fertilizante, especialmente en la época de crecimiento.
Plagas y enfermedades: Las plagas y enfermedades pueden afectar a la salud del limonero y hacer que pierda hojas. Revisa las hojas en busca de señales de insectos u hongos y toma medidas para combatirlos.
No se puede saber con certeza si tu limonero se está muriendo sin más información. Por lo tanto, te recomiendo revisar el árbol cuidadosamente para detectar cualquier problema y tomar medidas para solucionarlo. Si no logras encontrar la causa o el problema persiste, considera consultar a un especialista en árboles frutales para que te brinde una opinión más precisa.
Gracias por visitarnos, Encarna.